Rondaba el año 1605, en el comienzo del conocido Siglo de Oro en España, cuando se creó la obra mundialmente conocida de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha, obra del renombrado Miguel de Cervantes. La historia cuenta las aventuras de un caballero de La Mancha con su acompañante Sancho y una serie de actos heróicos en la búsqueda de su amada Dulcinea y, entre otros, la lucha con unos abominables gigantes...

Estos gigantes no son otros que los molinos de viento que se encuentran en las provincias de Toledo, Ciudad Real, Guadalajara, Albacete y, cómo no, Cuenca. En el año 2005, con el cuarto centenario de la publicación de la primera parte de la obra, se decide trazar un recorrido turístico con el nombre de La Ruta de Don Quijote. Un total de 2.500 kilómetros divididos en diez rutas y un viaje literario que nos permite revivir las hazañas de este conocido hidalgo. Y es en nuestra provincia, en el municipio de Mota del Cuervo, a unos 15 kilómetros de El Toboso, donde podemos divisar las impresionantes siluetas de los molinos de viento. Siete molinos situados en lo alto de una loma, paraje conocido como La Sierra, que ofrece unas magníficas vistas del horizonte y que, por ese mismo motivo, se denomina El Balcón de La Mancha. 

Pese a que cuenta la historia que una vez hubo hasta dieciocho molinos, actualmente sólo datamos siete, de los cuales sólo uno mantiene aún hoy en día la estructura del año 1752. Se trata de El Zurdo, llamado así por las aspas que giran en sentido contrario al resto. Los demás molinos, se construyeron entre los años 60 y 70 y también tienen su pequeña historia. 

Por ejemplo, El Piqueras fue el primero en reconstruirse y fue inaugurado en el año 1962 en honor a Joaquín Piqueras, albergando actualmente el Museo de Agricultura. El Cervantes se inauguró en el año 1963 en honor al conocido autor de la obra, rindiendo así un bonito homenaje. El Gigante comenzó a reconstruirse en el año 1967 y alberga el Museo de la Molienda, además de ser la Oficina de Turismo. Otro molino, llamado El Goethe, se reconstruyó en honor a Alemania, dándole el nombre del conocido escritor. El Irak fue inaugurado en el año 1975 y se le dio el nombre como dedicación a la artesanía iraquí. En él, se organizan eventos culturales actualmente. El último, llamado Frank Grillparzer, fue construido en el año 1967 en homenaje a Austria, dándole el nombre del poeta del mismo país. 

En las otras provincias de Castilla-La Mancha se encuentran muchos más molinos con historias tan fascinantes como los que pertenecen a la provincia de Cuenca.

Sin lugar a dudas, una historia que cautiva y que hace querer vivir las aventuras de ese amado y conocido caballero, ¿no creéis?